Piernas inquietas y movimientos periódicos de piernas, otro enfoque:
Ambas patologías son Trastornos del Movimiento relacionados con el sueño.
Síndrome de piernas inquietas (SPI):
Por lo general, el paciente refiere:
- Sensación desagradable en las piernas que genera urgencia para moverlas.
- Cede con el movimiento.
- Casi exclusivamente de noche o en periodos de reposo e inactividad.
Es un cuadro frecuente y en general ignorado. Se produce exclusivamente durante la transición de vigilia a sueño. Es causa de insomnio de conciliación y tiene un tratamiento específico. Por este motivo, es muy importante diagnosticarlo.
El SPI aumenta con la edad y es más común en mujeres. Suele ser idiopático. Se sabe que tiene relación con los depósitos de hierro en ciertas áreas cerebrales. En otros pacientes se asocia a neuropatías, anemia ferropénica, embarazo, hipotiroidismo e insuficiencia renal.
Movimiento periódico de piernas (MPP):
La primera manifestación por parte del paciente es la sensación de sueño no reparador. Si duerme acompañado, su compañero de cama puede referir importante movimiento nocturno, sacudidas o patadas.
Ambas entidades se las debe estudiar con una PSG con sensores de movimiento en los miembros inferiores. Es muy común la asociación entre SPI y MPP.
También es importante realizar un laboratorio completo que incluya el perfil férrico y tiroideo.
En casos con sospecha de neuropatía asociada, el laboratorio también debe incluir aquellas determinaciones asociadas a las neuropatías , es conveniente completar con un electromiograma.
Ciertos fármacos, como algunos antidepresivos y el litio, pueden exacerbar los síntomas de SPI y MPP, a igual que el consumo excesivo de cafeína, alcohol y tabaco.
El tratamiento es específico y es similar para ambas patologías, suele ser exitoso y mejora significativamente la calidad del sueño.
La terapia de reemplazo dopaminérgico es el tratamiento de 1º línea.
Las formas leves o intermitentes pueden ser tratadas con fármacos dopaminérgicos a demanda o con gabapentin o pregabalina, especialmente sin los síntomas se asocian a neuropatía periférica.
Las formas más severas requieren:
- Agonistas dopaminérgicos: Pramipexol o Ropinirol.
- Levodopa/ Carbidopa o Benserazida
Si el SPI o el MPP se asocia a depósitos de hierro reducidos (ferritina menor a 45 mg/dL), se debe indicar el aporte de hierro para reponer dichos depósitos.
También se pueden emplear carbamazepina, sedantes como el clonazepám y opiáceos.