Benzodiazepinas, pros y contras:
Las BDZ ejercen diferentes efectos sobre el sueño. La mayoría de los pacientes refieren una clara mejora subjetiva del descanso, ya que:
- Disminuyen el número de despertares.
- Reducen el tiempo total de vigilia.
- Acortan el tiempo de latencia al inicio del sueño.
- Aumentan el tiempo total del sueño.
Actualmente son fármacos muy usados. Se los considera casi inofensivos y los pacientes permanecen años en tratamiento
Los problemas de las Benzodiazepinas
Aunque los pacientes refieran una mejora subjetiva, las BDZ tienen claros efectos negativos en el sueño:
- Alteran la arquitectura del sueño
- Aumentan el tiempo en N2 (sueño superficial)
- Disminuyen el tiempo en N3 (sueño profundo)
- Disminuyen la densidad del sueño REM (según la dosis)
- Aumentan la cantidad de ciclos REM
También producen efectos negativos en el paciente, inmediatos y mediatos:
- Sedación diurna y efecto residual
- Producen alteraciones cognitivas
- Reducen los movimientos reflejos, aumentando el riesgo de caídas, especialmente en pacientes ancianos.
- Pueden producir abuso y dependencia
- Pueden aparecer síntomas de abstinencia con la suspensión brusca del tratamiento.
Existen diferentes tipos de BDZ. Las principales diferencias están en su potencia y en las características farmacocinéticas. Todas comparten el mismo mecanismo de acción.
Estas diferencias son las que fundamentan su elección en la práctica diaria. Si bien no deben ser fármacos de primera línea en el tratamiento del insomnio, existen ciertas situaciones que justifican su uso, por ejemplo cuadros de ansiedad asociados a situaciones puntuales.
Su uso no debiera extenderse más allá de 4 semanas.
Algunas de las BDZ utilizadas:
- Clonazepám
- Lorazepám
- Alprazolám
- Diazepám
- Flunitrazepám
- Bromazepám
- Midazolám